La localidad riojana de Alfaro
se halla en la comarca del mismo nombre, a la que también pertenecen los
municipios de Aldeanueva de Ebro y Rincón de Soto. La llamada “Ciudad de las Cigüeñas”, por la
cantidad de ejemplares que veremos en esta población, está surcada por el río
Ebro y rodeada por el río Alhama.
Posee Alfaro un agradable clima de tipo mediterráneo continental semidesértico, que se traduce en una temperatura media anual de alrededor de
14 grados centígrados. Las precipitaciones oscilan alrededor de los 350 mm
anuales, siendo las estaciones más lluviosas la primavera y el otoño. Los
inviernos son más fríos, con mínimas de hasta -5 grados, y durante el verano la
media gira en torno a los 25 grados, con máximas que pueden superar los 35 grados.
Pero cualquier época del año es buena para acercarse a
Alfaro y disfrutar de su fantástico patrimonio
monumental. Está compuesto por un interesante legado de edificios civiles y
religiosos, además de una magnífica herencia arqueológica. Entre los edificios
religiosos, mencionar la Colegiata San Miguel
Arcángel, del siglo XVI. Está considerada Monumento Nacional, y alberga en
sus cubiertas la mayor colonia urbana de cigüeñas blancas del mundo concentrada
en un solo edificio. Otros edificios religiosos de gran valor son el Convento
de la Inmaculada Concepción, del siglo XVII; la Iglesia de San Francisco, del siglo
XVII, construida con las piedras de un antiguo castillo; la Ermita de San Roque,
del siglo XVII; la Iglesia de Nuestra Señora del Burgo, dedicada a la Virgen
del Burgo, patrona de Alfaro, o la Ermita del Pilar, ubicada a sólo tres
kilómetros de Alfaro.
La herencia civil está compuesta por el Palacio Sáenz de Heredia, construido en 1871 y en perfecto restado
de conservación; la Antigua Cárcel, del siglo XIX; el Palacio Remírez, la Casa
Consistorial o el Palacio Abacial, del siglo XVIII.
Los adictos a la arqueología disfrutarán en Alfaro de monumentos
como el Ninfeo Romano, una fuente
romana del siglo I, o las Eras de San
Martín, uno de los lugares con más restos arqueológicos de la ciudad, como una
piscina romana y parte de un poblado altomedieval.
Llegada la hora de comer, en Alfaro podremos degustar la
excelente gastronomía de La Rioja,
que cuenta con los magníficos vinos riojanos y una gran influencia de las
cocinas vasca, navarra y aragonesa. El Ebro ha dotado de una fértil vega a la
ciudad, proporcionando deliciosos productos de la huerta. El resultado son platos
tan tradicionales como la menestra de verduras, las chuletas al sarmiento, los
caparrones de Anguiano, las pochas a la riojana, los pimientos rellenos, las
patatas con chorizo o las patatas a la riojana. Para los golosos, mencionar la
exquisita repostería elaborada con almendras, que abunda en toda la región.
La oferta de
alojamiento de Alfaro incluye hoteles de tres estrellas, como el Hotel
Palacios, y de una estrella, como el Hotel Sercotel HM Alfaro. En los
alrededores disfrutaremos de otros alojamientos, como el Hostal Europa o los
Apartamentos Bárdenas, en Castejón, a sólo cinco kilómetros de Alfaro.
A la excelente oferta monumental y turística de Alfaro se
une su precioso entorno natural,
compuesto por la Reserva Natural de los Sotos del Ebro y el Monte Yerga,
ideales para la práctica del senderismo.
Tanto si eres aficionado a la fotografía como si no, no
debes perderte el espectáculo de las
cigüeñas sobre el tejado de la Colegiata de San Miguel, que alberga más de
400 ejemplares.
Para finalizar, te recomendamos uno de los eventos más
animados de Alfaro, las fiestas de San
Roque. Tienen lugar a mediados de agosto, y su programa incluye conciertos
de música, desfiles de gigantes y cabezudos, diversos actos culturales o
concursos gastronómicos, entre otras muchas actividades.
¡Gracias a Belén Valdehíta por este post invitado!
Imagen: Miguel Ángel García
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